domingo, 22 de febrero de 2015

2ª ETAPA: LUBRÍN

Sábado de sol y fresquete, miel y abejas, guitarra y barbacoa, y mucha cultura almeriense en la segunda etapa del ciclo "Almería Cultural 2015", la cual tuvo lugar el pasado 14 de febrero en Lubrin. 
¿Sabes lo que significa LUBRÍN? "Valle Hermoso" 
Villa situada en la parte más oriental de la Sierra de los Filabres, sobre una colina al pie del Cerro de San Marcos. Se encuentra a una distancia de 75km de la capital almeriense y a una altitud de 509 metros sobre el nivel del mar. La extensión de su término municipal es de 137,5 kilómetros cuadrados correspondiendo a los siguientes núcleos: Lubrín, El Campico de Cáceres, La Fuenblanquilla, Los Juan Cebas, La Noria, La Rambla Aljibe, Los Dioses, El Vinculo, Los Herreras, El Portillo, El Pozo Sáez, Los Marquesados, La Rambla Honda, El Pocico, El Sacristán, La Breña, La Alameda, Los Virolentos, El Helecho, Los Matreros, Jauro, El Marchal, La Alcarria, El Chive, El Pilar, Las Moletas y Los Javieres. Pueblo de románticos y eruditos donde el tiempo parece detenerse y donde la paz y la tranquilidad rondan diariamente. Este destino escondido tras las montañas y rodeado de un bello paisaje, tiene un embrujo especial. Los empresarios relacionados con el sector minero y del mármol eligieron los solares más céntricos para la construcción de viviendas de tres plantas, con grandes balcones y ventanas. 

La Ruta
Organizada por Rocío Angulo, la ruta estuvo compuesta por dos partes: por un lado, la visita a los sitios más interesantes del pueblo y, por otro, conocer dos de los productos que se producen y comercializan desde Lubrin, el aceite y la miel. 

La Almazara de Lubrin 
David García, propietario de la Almazara de Lubrin, nos enseñó el proceso de la producción del exquisito aceite que aquí se produce, desde su recogida en el campo hasta su envasado y distribución. Aunque no estamos en fechas de producción, la descripción del joven pero experimentado lubrinense nos hizo comprender fácilmente la importancia de todas y cada una de las fases de este oficio, desde la recogida, en la cual ellos descartan las aceitunas caídas al suelo por la posibilidad de que éstas modifiquen la calidad del conjunto, pasando por la limpieza, molienda, batido, centrifugado y, finalmente, el embotellado que ellos hacen bajo pedido. 



Aceite extra, virgen extra, y ecológico son los productos principales que La Almazara de Lubrín trabaja. Con una curiosa cata finalizó este primer paso de la ruta. 


Miel Sierra de Filabres 
A continuación vivimos una experiencia de esas que casi podemos considerar como únicas. Jose Antonio, propietario de la fábrica de miel Sierra de Filabres, nos llevó a visitar una colmena de abejas, ataviados, eso sí, con las correspondientes medidas de seguridad. Mientras decenas de abejas chocaban contra la rejilla protectora de nuestras caras, Jose Antonio nos explicaba y enseñaba como las abejas obreras fabricaban este delicioso y súper nutriente producto natural, así como las funciones que Zángano y Abeja Real (la cuál señalan con una pequeña señal de pintura) realizan. 

Tipos de miel como de avellana, de romero, mil flores, y bebidas y hasta chocolates son elaborados con la producción que, desde hace varias décadas, esta empresa local se encarga de realizar. Otra cata, la que suponía el segundo o tercer desayuno matinal, hizo las delicias de los asistentes. 


El Pueblo 
La estructura urbana de Lubrín es de origen morisco, con calles estrechas y empinadas que se abren en pequeñas plazoletas y definen manzanas irregulares caracterizadas por los entrantes y salientes de las edificaciones. La Villa está formada por un conjunto armonioso y tranquilo de hileras casas de teja árabe, abalconadas y adornadas con flores. La construcción de las viviendas se realizaba con piedra recogida de las cercanías del pueblo, que se unían con argamasa de yeso y cal. Los suelos se revestían con losetas de barro o con losas de cerámica vidriada. En general las casas poseían una planta más las cámaras (habitaciones destinadas a almacenamiento del grano y al secado de los embutidos), a excepción de las casas señoriales, que contaban con dos plantas más las cámaras. Algunas de éstas últimas disponen de un patio de luces interior, amplios balcones con rejas de hierro forjado y antiguos escudos nobiliarios sobre sus portales. 

La Iglesia 
El Templo, dedicado a Ntra. Sra. Del Rosario data del siglo XIX, sobre el año 1880, fue mandada a construir por el Obispo José Mª Orberá y Carrión (1876 - 1886). Del la construcción se hace cargo el arquitecto diocesano Enrique López Rull utilizando la aportación más trascendental de la arquitectura del Siglo XIX: el hierro. La urgencia de edificar nuevos templos, la mayoría en poblaciones con minas del mismo, posibilitó el uso de ese material ya que reducía gastos, combinados con otras soluciones de origen industrial como el ladrillo y la teja de encaje. La Iglesia, que está situada en el centro del pueblo, es de arquitectura ecléctica, y tiene planta de cruz latina. La fachada tiene una torre campanario en el centro. Es una reconstrucción realizada en los años 70, está construida enteramente en ladrillo con arcos apuntados. Los muros son de mampostería y ladrillo, las ventanas alargadas con arcos angulares. En los extremos del crucero tiene tres ventanas juntas. La cubierta es de teja de encaje. Lo más destacable es la utilización de columnas de hierro, organizadas en cinco tramos, por parejas exentas y pegadas las del crucero. Colocadas sobre basamento de cantería. Tienen una estructura clásica con basa, fuste y capital. La basa está compuesta por una serie de elementos que da abajo arriba forman una plataforma delgada a modo de plinto, encima una pieza de sección octogonal sobre la que va una especie de equino invertido y un bocel. El fuste tiene en sus extremos, entre anillos, unas bandas con estrías. Es por lo tanto una iglesia eclesiástica de las pioneras en la utilización de un material hasta entonces reservado a ingenios y construcciones industriales. 


Fiesta del Pan en Honor a San Sebastián
Cada año, el 20 de Enero se celebra en Lubrín esta peculiar “Fiesta del Pan” en honor al patrón San Sebastián, declarada de interés turístico en Andalucía ya que es una fiesta muy peculiar a la que acuden miles de personas. Este acto religioso y ofrenda a los más necesitados como cumplimiento de una promesa colectiva por un bien recibido, se piensa que está en relación con una serie de pueblos que decidieron, o les fue impuesto, el mencionado Santo como Patrón. En Lubrín todo el pueblo participa durante la procesión. Hay cuatro grupos de personas muy bien definidos y que lo hacen a lo largo de toda su vida: un primer grupo formado por los lanzadores/as encargados de arrojar al paso del pan los roscos de las promesas desde los balcones o ventanas que hay en las casas del recorrido, el segundo grupo formado por las personas de avanzada edad y algunos de los visitantes, que permanecen observando entusiasmados el espectáculo que están presenciando, el tercer grupo encargados de conducir con maestría y proteger el trono del santo durante el recorrido de la procesión y el cuarto grupo de personas está formado por los “rosqueros” los que pelean en noble batalla callejera por coger en el aire los roscos lanzados durante el recorrido. La competencia es grande, pero como es una lluvia de roscos lo que lanzan en algunos momentos, todos los participantes quedan satisfechos de haber cumplido con su tarea y poder llenar con pequeños roscos su correa o cuerda preparada para el momento. Esta cantidad de roscos lanzados en poco tiempo es lo que personaliza la fiesta de Lubrín y la hace distinta al resto de las celebradas en otros pueblos. 

Centro de Interpretación de Alimentación Rural 
Con la ayuda de las explicaciones de Anabel, de la oficina de turismo de Lubrin, visitamos este renovado edificio en el cual se muestran ancestras costumbres de las familias lubrinenses. Hábitos de comida, de trabajo, así como herramientas, maquinarias, y todo tipo de tradiciones son mostradas en este coqueto y agradable museo. 


Reloj 
En la cima del cerro donde se encontraba antiguamente el Castillo de Lubrín, de época árabe (año 1309), se ubica hoy en día el reloj que domina el pueblo, dónde desde el cual se obtiene una inigualable vista del pueblo. 


Tras una intensa e interesantísima mañana cultural, la segunda etapa de este ciclo cultural concluyó con una espectacular barbacoa para celebrar el cumpleaños de uno de los asistentes.


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